La casa Tassel se considera como la primera obra moderna completamente libre de derivaciones historicistas; como la primera realización arquitectónica donde adquieren un significado expresivo las exigencias constructivas de la nueva técnica del hierro, y como el primer edificio que inspirándose en el código-estilo del Art Nouveau fue un gran promotor de “mensajes”.
Con la Casa Tassel, Horta introdujo el hierro en la vivienda, empleándolo como material de construcción simultáneamente, para los ornamentos lineales y flexibles; el gran jardín de invierno del piso bajo es sostenido por un esqueleto metálico visto, montantes elegantes soportan la escalera y son típicamente decorativas las barandillas de escalera y balcón.
En esta construcción se comprueban por primera vez en una vivienda, las posibilidades del hierro como material constructivo (el jardín de invierno en la planta baja descansa en una estructura metálica vista y la escalera en una columna de hierro) y ornamental (las barandas de escaleras y balcones tienen elementos decorativos de líneas cimbreantes). La casa ofrece un inagotable surtido de formas bidimensionales resultado de un estudio minucioso de plantas y flores; suelos, paredes y techos se cubren de “líneas látigo”, también llamadas “líneas Horta”, serpentean, se entrelazan, ondean y ascienden por los montantes del acristalamiento, rodean las patas de los muebles y retornan sobre si; su presencia a veces excesiva, desborda todos los requisitos de la construcción.
Una característica importante de esta obra, ya subrayada por la crítica de la época: es su perfecta adaptación al propietario, el señor Tassel, profesor de geometría descriptiva en la Universidad de Bruselas y colaborador del estudio de la firma Solvay (Hotel construido en Bruselas durante los años1895-1900). Refiriéndose a esta casa se ha escrito que albergaba del modo más perfecto imaginable al hombre para el que fue construida, porque Tassel tenía, debido a su cargo de profesor, necesidades prácticas y sociales que atender en su residencia, al mismo tiempo que era aficionado y apasionado por la fotografía y cinematografía, para lo cual Horta realizó el diseño contemplando sus necesidades especiales, proveyéndole de un salón recepción con vestidor, donde atender asuntos de su profesión, y para poder hacer proyecciones con el debido espacio, ideó una terraza interior que daba al pozo de luz, donde se colocaba el proyector, mientras que en la planta baja se colocaba el telón de proyección.
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